Heme aquí... Quiero dejar huella en el mundo.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Sexo y sexualidad

Bueno esto es parte de un tema que tendremos que tocar en el servicio social que voy a hacer en algún momento de la vida con la criatura a la que me asignen.

Sexo, palabra que tocada por el morbo y la mente adulta, te lleva a muchos significados e imágenes mentales. Pero en realidad, sexo en sí, es para distinguir género. Macho, hembra, varón, mujer. Y obviamente al acto sexual en sí, el coito.

Sexualidad ya va más allá del acto. Lo que nos diferencia de los animalitos, es que a pesar de ser un acto natural y algunas veces con el fin de la reproducción, es que en el ser humano es más complejo que eso. La sexualidad en el ser humano engloba más aspectos, tales como la moral, la religión, la cultura, el entorno y los valores familiares y psicología del individuo.

El ser un individuo sexualmente activo conlleva a más que decidir "estoy list@". Ya que dicha decisión puede ser lo mejor o lo peor que has hecho en tu vida. Si decidiste con tiempo, sin presiones de ningún tipo (propias o de terceros), por amor o por deseo, es posiblemente la mejor decisión que tomaste. ¿Pero qué pasa cuando en la sociedad y más que nada, en tu familia, estás condenad@?

Uno de los estereotipos sexuales más antiguo y aún usado, es el "virgen hasta el matrimonio". No lo puedo negar, yo también lo dije en algún momento de la vida. Mi primer paso a la sexualidad, fue un mal paso. No iré más a fondo puesto que aún me cuesta trabajo hablar del tema. Aún no sé si tengo repercusiones en mi vida actual por ese suceso, tal vez sí, en realidad no me he puesto a indagar por miedo. Lo único que puedo recomendar y siempre que tengo oportunidad lo hago, es que lo hagan conscientes de lo que están haciendo.

Hoy en día, los medios nos bombardean a diario con imágenes explícitas de lo que ellos creen que es realmente el sexo y la sexualidad, sólo por vender. Creo que es importante mantener a estas nuevas generaciones que vienen viviendo estos procesos, bien informadas. No pueden vivir con la venda en los ojos o en la burbuja rosa, creyendo que al no tocar el tema, los mantenemos a salvo. Con información y mucha comunicación, mantendremos a nuestras nuevas generaciones libres de abusos sexuales y de desviaciones en el camino de una sana salud mental, sexual y psicológica.

Marianna Ruvalcaba

domingo, 5 de septiembre de 2010

La fidelidad está sobrevaluada

¡Pero por supuesto que no! Esa es la típica frase que dice el/la chic@ que quiere seguir en el desmadre sin una pareja fija. Lo cual está perfecto, cada quien tiene derecho a elegir lo que hace con su vida. Lo que definitivamente no está chido, es que te sientas con el derecho de meterte con un@ tip@ con novi@.

¿Por qué? Afortunadamente (tal vez desafortunadamente) puedo hablar de esto porque he estado en ambos lados. Ser la "otra"/ "el otro" al principio es divertido... la carga máxima de adrenalina, de que estás haciendo algo prohibido, y de que estás provocando algo chido en esa otra persona. Sí, es un sentimiento chido, pero igual puedes obtener esa misma emoción aventándote del paracaídas, aventándote del bungee o practicando un deporte extremo.

Mi libertad y mis derechos terminan en donde comienzan los tuyos. En el momento en el que hay otra persona involucrada que puede resultar lastimada en este pedo, ahí es donde empieza el problema. Y más aún, cuando hay sentimientos involucrados.

"Ay wey, es@ pendej@ también tiene la culpa"... Sí, el que le es infiel a la otra persona, tiene definitivamente la mitad de la culpa. Si no quieres estar con alguien, es simple. Termina la relación o comunica tus sentimientos y pensamientos. Una ruptura puede ser dolorosa, pero igual beneficia a futuro. Tal vez era lo mejor, o tal vez te das cuenta de que cometiste un gran error al dejar ir a esa persona por una aventura.

Pero al ser "la/el otr@" envuelve más cosas. Puede salirte bien y lograr que el/la infiel termine con su relación para estar contigo... Pero luego no te quejes si pasó lo mismo contigo. Dejaste de ser "el otro" para convertirte en el engañado y no tendrás derecho a reclamar, puesto que tú obtuviste ese puesto jugando a la guerra sucia. No tienes ningún derecho a quejarte puesto que has estado del otro lado y según tú, en esos momentos, "en la guerra y en el amor, todo se vale", ¿no? Pues te la aplicaron. Asimílalo, resígnate y acéptalo.

Esa frase antes mencionada... "en la guerra y en el amor todo se vale", es un tanto cuanto incierta. En lo que "todo se vale" se refiere a luchar por esa persona amada sin pisotear a alguien más. Si tiene novi@ y estás segur@ de que esa persona no es feliz, (ojo... que te conste... no vale el "yo sé q no es feliz con él/ella y q su felicidad está conmigo" no-oh. Eso es vil ego. Que te conste que realmente la otra persona no es feliz) y pues hablando se entiende la gente. No vale si estás en una guerra de egos o de orgullos, pq es posible que solo sea un capricho tuyo y estás por destruir la vida de la persona que "amas", solo porque sí... porque se te antojó.

Para mí esta onda kármica es más que cierta. Ya tengo una que otra factura cobrada y probablemente me falten más, por eso intento que todas y cada una de mis acciones estén corroboradas por mi forma de pensar. Ser coherente, esa es la clave. No puedes andar por la vida predicando que eres el/la más chingon@ del mundo cuando tus acciones ciertamente no lo demuestran. Y nada más recuerda... En esta vida, todo se regresa. Es un boomerang. Lanza un dardo venenoso y se te regresarán diez. Si bien no puedo presumir de que todo lo que hago y digo está chido, definitivamente puedo decir, que no ando por la vida buscando hacer el mal.

Coherencia, señores. Es todo.

Marianna Ruvalcaba.